LAS BOTELLAS DE PLÁSTICO. ¿LOS ENEMIGOS AMBIENTALES?

Tenemos un problema con el agua embotellada. A pesar de la seguridad del agua del grifo, cada año se gastan miles de millones en agua en botellas de plástico y miles de millones de esas botellas terminan ensuciando nuestro medio ambiente. Como individuos, ¿hay algo que podamos hacer?

El agua del iceberg de Svalbardi se extrae de icebergs noruegos de 4000 años de antigüedad. Si tiene suficiente líquido (económicamente hablando), puedes comprar por internet una botella con un "tubo de regalo" por 69,96 € (74,00 USD) o dos pack con dos tubos de regalo por 129,90 € ($138,00 USD). Svalbardi se encuentra entre las aguas potables más exclusivas en la actualidad, aparentemente sabe a agua.

Era solo cuestión de tiempo antes de que el agua se convirtiera en un símbolo de estatus. En las últimas dos décadas, el agua embotellada se ha convertido en el segmento de bebidas de más rápido crecimiento en el mundo, con ventas ahora 100 veces más altas que en 1980. Se estima que el mercado mundial ha aumentado un nueve por ciento anual en los últimos años, y se llegó  a $ 280 mil millones para 2020.

La cloración hizo que el agua potable fuera segura para las masas hace aproximadamente un siglo, un avance que ha salvado millones de vidas. Pero lo que una vez estuvimos tan agradecidos ahora lo damos por sentado, y muchos de nosotros le damos la espalda al grifo. ¿Que esta pasando?

El agua embotellada sabe mejor que el agua del grifo, ¿no?

En su libro Drinking Water , James Salzman argumenta que la industria moderna del agua embotellada se remonta a Perrier (propiedad de Nestlé). Libro en donde se discute si el éxito de Perrier se puede atribuir a su sabor, que se dice que se deriva de su fuente natural, o a una campaña publicitaria muy costosa que involucra la seductora voz del barítono de Orson Welles.

Salzman dice que los europeos pueden tener paladares lo suficientemente refinados como para notar la diferencia entre diferentes aguas minerales, pero una serie de estudios con participantes británicos y estadounidenses han demostrado que la mayoría de las personas no pueden. (Aparentemente, los europeos están desconcertados por la forma en que los estadounidenses llenan sus vasos de agua con hielo, bloques de agua del grifo congelada que se derriten, lo que, según dicen, interfiere con el sabor original).

De cualquier manera, la mayoría del agua embotellada que se vende en los EE. UU. y el Reino Unido proviene de un grifo en lugar de un manantial o pozo. Luego se reutiliza y se renombra como algo "más puro". Las empresas utilizan un proceso llamado “ ósmosis inversa ”; toman el agua, la pasan por un complejo proceso de purificación y luego le agregan minerales (lo que se conoce en la jerga de la industria como "polvo de hadas"). En resumen, el agua embotellada suele ser agua del grifo altamente procesada.

Mejor agua embotellada que un refresco azucarado, ¿verdad?

Por supuesto, y en 2016 las ventas de agua embotellada superaron las ventas de refrescos azucarados en los EE. UU. por primera vez. Este cambio de refresco a agua embotellada sugiere que las personas se están “rehidratando” sin ponerse en riesgo de diabetes. La industria del agua embotellada se esfuerza por sugerir que está brindando una especie de servicio de salud pública: que no está enfrentando el agua embotellada con el agua del grifo, sino el agua embotellada con los refrescos.

Muchos no están de acuerdo. En su libro, Bottled & Sold , Peter Gleick señala numerosos ejemplos de cómo la industria del agua embotellada socava sutil o abiertamente la confianza del público en el agua del grifo. También señala que, al menos en EE. UU., el agua del grifo está sujeta a más controles regulatorios que el agua embotellada.

Han habido algunos casos desafortunados de contaminación del agua del grifo, como la crisis que comenzó en 2014 cuando la ciudad de Flint , Michigan, cambió su fuente de agua. (Los funcionarios no aplicaron inhibidores de corrosión a su agua potable, lo que provocó que el plomo de las tuberías envejecidas se filtrara al suministro de agua). Ese fue un desastre público, pero tales casos son raros. En lugar de recurrir al agua embotellada, argumentan los críticos, deberíamos asegurarnos de que los suministros públicos de agua sean seguros.

¿A dónde han ido todas las fuentes de agua potable?

No hace mucho tiempo podíamos saciar nuestra sed en las fuentes públicas de agua, pero estas están desapareciendo rápidamente. Gleik describe un ejemplo notorio de la desaparición de la fuente de agua pública (y la mercantilización del agua) cuando la Universidad de Florida Central inauguró su nuevo estadio de fútbol en 2007. El estadio de $54 millones, construido para acomodar a más de 46,000 personas, no tenía fuentes de agua potable. En la noche de apertura, la única agua disponible para los fanáticos sobrecalentados estaba en botellas de $ 3, que se agotaron antes de que terminara el partido. Dieciocho personas fueron trasladadas al hospital y otras 60 fueron tratadas por enfermedades relacionadas con el calor.

“Si cualquier movimiento que se aleje del agua embotellada va a tener éxito, debe haber alternativas buenas, seguras y convenientemente disponibles”, escribe Gleick. “La ironía es que cuanta más agua embotellada compramos, más invertimos en ella y más susceptibles nos volvemos a los esfuerzos de la industria para convencer a los clientes de que el agua embotellada no es un lujo, sino una necesidad”.

Pero, ¿y el reciclaje?

La industria del agua embotellada argumenta que las botellas de agua (es decir, botellas de tereftalato de polietileno o PET) son 100 por ciento reciclables . La pregunta es, ¿cuántos son?

Las estimaciones varían según el país o el estado y quién proporciona las cifras. Pero Gleick dice que el 75 por ciento de las botellas de agua de EE. UU. terminan en los vertederos de la nación o se desechan como basura.

En Ontario, Nestlé estima que alrededor del 70-75 por ciento de las botellas de agua se reciclan, pero el Instituto Polaris con sede en Ottawa, una organización sin fines de lucro que “desafía la influencia de las corporaciones en el gobierno y las políticas públicas”, estima que solo el 14 por ciento de ellas son. El grupo Environmental Defense dijo que hasta mil millones de botellas de plástico (es decir, todas las botellas de plástico que no sean botellas de agua) no se reciclan en Ontario cada año.

Según las cifras publicadas en 2016 por Recycle Now (un grupo de campaña del Reino Unido financiado por el grupo asesor de residuos del gobierno, Wrap), los hogares del Reino Unido solo reciclan la mitad de las botellas de plástico que usan. Nuevamente, estas cifras incluyen todas las botellas de plástico, pero sus estimaciones indican que los hogares del Reino Unido usan un promedio de 35,8 millones de botellas de plástico todos los días, pero solo 19,8 millones se reciclan cada día.

Si bien las cifras pueden ser discutidas, no se puede negar que las botellas plásticas de agua (junto con los desechos plásticos en general) terminan en los vertederos y en nuestros océanos. Nos gustaría pensar que todos serán reconfigurados como camisetas, zapatos o ensaladeras, pero miles de millones de ellos no lo son.

Mientras tanto, las diez mejores cosas que podemos hacer como individuos son:

• Realiza una prueba de sabor a ciegas y vea si realmente puede notar la diferencia entre el agua del grifo y el agua embotellada.
• Intenta beber agua del grifo siempre que puedas.
• Instala un filtro de agua si encuentras que el agua del grifo tiene un sabor demasiado fuerte
• Rellena las botellas en lugar de comprar otras nuevas
• Recicla siempre el plástico y el vidrio.
• Invierte en una máquina para hacer refrescos casera para agua carbonatada: ¡también ahorrará dinero!
• Quejarse en restaurantes o cines si solo ofrecen agua embotellada
• Si aún no tienes uno, presiona en su lugar de trabajo para que tengan un esquema de reciclaje
• Presionar a la autoridad local para obtener más bebederos públicos
• Investigar qué está sucediendo realmente con sus desechos reciclados y presionar para lograr mejoras

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