¿CUÁNTO TARDARÁS EN DESHACERTE DE TUS HÁBITOS QUE TE CONVIERTEN EN UNA PERSONA SEDENTARIA?

Los últimos descubrimientos científicos revelan las formas más rápidas y eficaces de reducir los peligros asociados a permanecer demasiado tiempo sentado, te mostraremos las distintas maneras en que moverse más mejora la vida.

LA FORMA RÁPIDA DE DESHACER TUS HÁBITOS SEDENTARIOS

¿Te pasas el día detrás de una mesa? Según una investigación, en donde se probaron distintas estrategias para interrumpir una jornada laboral de 8 horas en la oficina, puedes acabar con los peligros de estar sentado en sólo unos minutos. En su misión de descubrir cual es la menor cantidad de actividad para contrarrestar el comportamiento sedentario, estos investigadores descubrieron que un paseo ligero de cinco minutos cada media hora es la forma ganadora de reducir los niveles de azúcar en sangre. Esta actividad breve pero regular también limitaba los picos de azúcar en sangre después de comer en casi un 60% y reducía la tensión arterial entre cuatro y cinco puntos (aunque los investigadores señalan que incluso un solo minuto de paseo ligero también puede reducir la tensión arterial). Estos paseos cortos y regulares también aportaron ventajas mentales. Los participantes en el estudio declararon sentir menos cansancio, más energía y mejor humor cuando caminaban una o dos veces cada hora.


Un paseo ligero de cinco minutos cada media hora fue la forma ganadora de reducir los niveles de azúcar en sangre.

 


¿SON SUFICIENTES 11 MINUTOS DE EJERCICIO AL DÍA?

Caminar a paso ligero 11 minutos al día (el equivalente a 75 minutos de ejercicio de intensidad moderada a la semana) podría ser suficiente para reducir el riesgo de cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y varios tipos de cáncer. Estos resultados se han obtenido después de que investigadores de la Universidad de Cambridge realizaran el mayor análisis de este tipo, revisando los resultados de 196 artículos revisados por expertos, que abarcan a más de 30 millones de participantes de 94 grandes cohortes de estudio. Los investigadores afirman que si todo el mundo realizara esta pequeña dosis de movimiento diario (que equivale a 75 minutos de ejercicio de intensidad moderada a la semana) se podría evitar una de cada diez muertes prematuras. Si se duplicara esa dosis y se realizaran los 150 minutos semanales recomendados, se podría evitar una de cada seis muertes prematuras. Un paseo no es la única opción: los científicos aconsejan bailar, montar en bicicleta, jugar al tenis o jugar activamente con los niños.

¿MOVERSE MÁS AYUDA A LA SALUD MENTAL? SI Y ES MEJOR QUE LOS MEDICAMENTOS

Investigadores australianos han planteado recientemente la importancia de dar prioridad a la actividad física cuando se trata de controlar la depresión, la ansiedad y el estrés. Tras analizar 97 revisiones, 1.039 ensayos y datos de 128.119 participantes, los investigadores descubrieron que la actividad física era 1,5 veces más eficaz que los principales medicamentos que se recetan a la hora de controlar la depresión. Curiosamente, los científicos observaron que el ejercicio tenía los efectos más potentes para mejorar el estado de ánimo en las primeras 12 semanas de comenzar un nuevo régimen. Aunque todos los tipos de actividad física resultaron beneficiosos, las sesiones de corta y media duración parecieron ser superiores, y el ejercicio de mayor intensidad mostró mayores mejoras en la depresión y la ansiedad.


MÁS MOVIMIENTO EQUIVALE A MÁS CAPACIDAD CEREBRAL

Hacer que los jóvenes practiquen más actividad física podría ser el secreto para mejorar el nivel de atención y obtener mejores resultados académicos. Un grupo de 418 mujeres adolescentes participó recientemente en un estudio en el que durante siete días se realizó un seguimiento de sus niveles de actividad mediante acelerómetros y se midieron tareas cognitivas a través de computadoras. Los investigadores descubrieron que las que registraban una actividad física menos intensa necesitaban más tiempo para completar las pruebas cognitivas y sus resultados eran menos precisos. Estos resultados son especialmente pertinentes, ya que más del 80% de los jóvenes de 11 a 17 años no cumplen las directrices sobre actividad física, por lo que hay muchas oportunidades para poner en movimiento a más jóvenes, mejorar su salud y su estado físico y también mejorar su rendimiento académico.


LA ACTIVIDAD FÍSICA CAMBIA EL COMPORTAMIENTO DE LOS GENES


Parece que las enfermedades metabólicas no dependen únicamente de la genética heredada: los investigadores han descubierto que pueden estar muy influidos por los niveles de actividad física. Tras analizar 70 parejas de gemelos idénticos, los científicos descubrieron que los hermanos más activos físicamente presentaban menos marcadores de enfermedades metabólicas. Los científicos afirman que esto revela un mecanismo molecular de la relación entre actividad física y enfermedad metabólica e indica que el ejercicio constante puede alterar las moléculas del organismo que influyen en el comportamiento de los genes. "Se sabe que el ejercicio físico reduce la susceptibilidad a la obesidad, pero ahora parece que el ejercicio, a través de la epigenética, afecta a muchos tipos de células, muchas de ellas implicadas en enfermedades metabólicas", afirma Michael Skinner, biólogo de la Universidad Estatal de Washington.

LA INACTIVIDAD Y EL COVID PROLONGADO PUEDEN IR DE LA MANO

Aunque puede que los casos de Covid ya no estén en los titulares, los expertos creen que hasta el 30% de los infectados podrían seguir sufriendo mucho después de recuperarse de las fases agudas iniciales de la enfermedad. Es lo que se conoce como secuelas posagudas de la infección por SRAS-CoV-2 (PASC), o simplemente "Covid prolongado". Un estudio reciente realizado por científicos brasileños ha demostrado que la probabilidad de padecer síntomas de Covid prolongado podría estar relacionada con la inactividad. Descubrieron que cuando las personas experimentaban dolor articular o muscular, fatiga, estrés postraumático, insomnio y disnea en los seis a once meses posteriores a la enfermedad, se correlacionaba con una mayor probabilidad de inactividad física. Pero, curiosamente, sólo algunos síntomas de la Covid prolongada parecían estar influidos por los niveles de actividad, ya que la depresión, las alteraciones de la memoria, la ansiedad y la pérdida de olfato y gusto no se correspondían significativamente con cuánto se movían las personas. Más información sobre la relación entre el Covid prolongado y el ejercicio.


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